sábado, 13 de diciembre de 2014

Porque hoy es día de fiesta: Lussekatter o bollos suecos de Santa Lucía


En mi casa siempre hemos sido partidarios de celebrar los Santos. A ver, tampoco hacemos un fiestón ni nada parecido, pero sí que nos regalamos algún detallito y hacemos algún postrecillo especial para la ocasión. De todo mi entorno, soy la única persona que tiene esta costumbre en la familia, por lo que sé que a muchos os podrá extrañar. Pero para mí, qué queréis que os diga, es algo tan común como celebrar el cumpleaños.

Y como en cuestión de festividades me gusta estar al día, no podía dejar pasar la oportunidad para traer al blog un poquito de esa felicidad que nos inunda a todos cuando celebramos algo. Y es que hoy, 13 de diciembre, ¡es mi santo!


¡Sí! Hoy es Santa Lucía, y desde muy pequeñita se convirtió para mí en un día muy especial, era una especie de antesala de la Navidad. Y siempre me ha encantado poder celebrarlo en familia. Pero no sólo es importante por eso, ya que el 13 de diciembre es para muchas culturas un momento esencial del año, al coincidir según el calendario Juliano, con el solsticio de invierno, siendo así el día más corto del año a partir del cual se alargan los días. Y es que ya se dice aquí en Galicia: Santa Lucía, saca da noite e mete no día (Santa Lucía, saca de la noche y mete en el día). Para muchos países nórdicos, este hecho es importantísimo: pensad que el día por lo general tiene muy pocas horas de luz para ellos en invierno, y a partir de esta fecha se consideraba que empezaban a aumentar, así que es una fecha que respetan mucho, y que por supuesto celebran.

Yo, como ya he dicho, os he traído al blog mi pequeño homenaje particular al día de Santa Lucía, haciendo para la ocasión unos Lussekatter o bollos de Santa Lucía, típicamente suecos. Resulta que buscando información en internet, me encontré con una leyenda muy bonita que os resumo: se dice que hace muchos años, ocurrió un milagro en Suecia, una noche próxima a la Navidad, en una época de mucha hambre. Se apareció de repente una niña con luces en el pelo, y repartió dulces entre los niños. Desde entonces, en Suecia se celebra una fiesta anual y las niñas se visten de Santa Lucía, pues asociaron a este milagro su figura, hacen bollos de azafrán y beben vino caliente especiado. ¡Incluso organizan un desfile y todo!


Estos bollitos suecos de azafrán, Lussekatter, Lussebuller, Lussekuse o cómo prefiráis llamarlo (tiene como veis muchos nombres distintos), están hechos sin azúcar y la receta es bastante sencilla de hacer. Sólo necesitáis un poquillo de paciencia en los leudados, y por lo demás estará rodado. La masa es sencilla de manejar y no me ha dado ningún problema, así que de verdad os la recomiendo. He adaptado la receta de esta y he hecho algunas modificaciones, espero que os guste, y celebréis horneando a gusto el día de Santa Lucía.


Receta de Lussekatter, bollos de Santa Lucía o bollos de azafrán
- 1 tsp de hebras de azafrán
- 175 ml de leche
- 50 gr de queso quark
- 50 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 2 huevos
- 30 gr de sirope de agave
- 490 gr de harina de trigo todo uso
- ½ tsp de sal
- 12 gr de levadura fresca
- Un puñadito de pasas

En un cazo, calentamos la leche con el azafrán y el sirope de agave. Llevar casi a ebullición removiendo continuamente para integrar bien el agave. Apartamos del fuego y dejamos templar. Después, añadimos la levadura fresca desmenuzada y esperamos 5-10 minutos. 

En un bol, mezclamos la harina y la sal. Hacemos un hueco en el medio y añadimos la leche, el queso, un huevo entero y medio huevo batido (el otro medio lo reservaremos para barnizar después nuestros panecillos). Mezclamos todo bien, ya sea con ayuda de una batidora o robot de cocina (recomiendo usar palas, no varillas), y cuando veamos que la mezcla se hace una bola, amasamos sobre una superficie ligeramente enharinada, o, como hice yo, seguimos amasando en el robot de cocina con el accesorio de gancho. Es una masa que debe quedar jugosa, pero no pegajosa.

Engrasamos con aceite otro bol, donde echaremos nuestra masa para dejar que levede, cubierta con papel film, de 1 a 2 horas hasta que doble de tamaño (yo la dejé 1 hora y 40 minutos, pero dependerá de la temperatura de vuestra casa y de la humedad). Cuando veamos que ha crecido, la echamos sobre un papel sulfurizado y la desgasificamos dándole pequeños golpecitos a la masa. Con un cuchillo o una rasqueta, cortamos piezas del mismo peso (yo hice 10 en total, pero os recomiendo que hagáis más, porque salen unos bollos muy grandes; cortad unas 14 o 15). Estiramos la masa en tiras de unos 30 centímetros, y las enrollamos. Colocamos los bollitos en papel de horno sobre una bandeja, con suficiente separación entre ellos, porque crecen bastante. Cubrimos la bandeja con un plástico o papel film y las dejamos levedar de nuevo de 30 minutos a 1 hora (yo los dejé 35 minutos), hasta que doblen de nuevo su tamaño.

Precalentamos el horno a 205º. Barnizamos los bollos con el huevo batido que habíamos reservado, ponemos una pasa en el centro de cada espiral, y las metemos en el horno, de 12 a 15 minutos, según lo doradas que las queramos. 

Dejamos enfriar y servimos.


Son unos bollitos muy agradecidos, que admiten combinaciones tanto dulces como saladas, y que permiten alterar el grado de dulzor en la medida en que queramos. Además, son preciosos, ¿no creéis? 

En mi casa sorprendieron, la verdad. Encima, al no llevar azúcar refinado, su índice glucémico es mucho menor, por lo que resulta apto para las personas con diabetes (siempre con moderación). Así que os animo, como siempre, a que los probéis, y me contéis cómo os han salido. De verdad que son bastante sencillos, es una de las masas más manejables con las que he trabajado, y permiten tantas posibilidades y variaciones... vamos, que no os extrañe volver a verla por el blog, con algún que otro cambio de sabor, porque esta la repito fijo!

Me despido no sin antes desearos a todos un muy feliz día de Santa Lucía, y que tengáis un fin de semana estupendo.

Uno no, ¡¡muchos besiños!!

PD: me han regalado un montón de detallitos para cocinar, entre ellos un molde de pandoro (sí, de pandoro; sí, estoy que no quepo en mí de felicidad), unos mini moldes redondos para hacer mini tartas, washi tape nuevo y gas para mi soplete nuevo (preparad el paladar para una buena crème brûlée, porque se postula como una muy próxima receta del blog... ¡estad atentos!). 

Información nutricional de los Lussekatter (Bollos de Santa Lucía) o bollos de azafrán:
Calorías totales: 3187'5 kcal
Calorías por ración (10 raciones/bollos): 318,75 kcal

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias Mary! La verdad es que quedan muy vistosos!!
      Un besiño, gracias por pasarte!!

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  2. Hola Lucía. Aunque sea con retraso te felicito por tu Santo. Espero que hayas pasado un estupendo día y por lo que he leído has sido objeto de muchos regalos señal de que te los mereces jj.
    Hace unos años en estas fechas estaba en Verona y en ese día allí celebran su fiesta por todo lo alto, con una feria muy interesante. Recuerdo que en las ruinas del Coliseo había una exposición de Belenes en miniatura que era una maravilla. Al día siguiente, salvo la exposición de Belenes del resto no quedaba ni señal parecía como si la noche de antes no hubiera habido nada puesto.
    Viene esto a cuento porque lo de celebrar el Santo parece que ya está algo pasado, yo soy de celebrar tanto el santo como el cumpleaños aunque he de decirte que en casa solo se tiene en cuenta este último.
    Hablando de estos bollos te diré que tienen un color muy llamativo, da gusto verlos y leyendo como los has hecho no me cabe duda de que estarán deliciosos.
    Gracias por tu visita y comentario en mi blog.
    Un abrazo

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    1. Muchísimas gracias Juan, y perdona tú por el retraso de mi respuesta. Sí, el día ha sido más que estupendo, y para mí eso es lo mejor del mundo!
      Qué envidia me das, Verona es una ciudad a la que le tengo muchísimas ganas... de hecho estamos planeando ir en nuestro próximo viaje.
      Estoy de acuerdo contigo, lo de celebrar los santos es algo que se está perdiendo. En nuestro caso, los cumpleaños siempre acaban teniendo mucha más presencia; pero tampoco nos olvidamos de los santos, no sé, costumbre familiar supongo :)
      Gracias por pasarte de nuevo, un besiño!

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