lunes, 5 de noviembre de 2012

¡Esto es Halloween!



Bueno, la verdad es que llega con un poquito de retraso pero llega: mi entrada especial dedicada a Halloween, o como decimos en la versión gallega, o Samaín! 


Y es que este año me hacía mucha ilusión poner en práctica lo aprendido en los talleres de http://rosebakeryscq.blogspot.com.es/, y qué mejor ocasión que esta, ya que por circunstancias académicas (en mi facultad son unos roñosos y no hacen puente, jum...) me tuve que quedar en Santiago a pasarlo solita (o casi), y qué mejor manera de aprovechar el tiempo que hornear docenas de galletas, cieentos de galletas, miiiiles de galletas.... 





Bueno, vale, tantas no, pero la verdad es que me sorprendí a mí misma y conseguí hornear un total de 47 galletas, y decorarlas toditas, aunque tuve algo de ayuda en este punto... Y es que mi compi de piso se puso manos a la obra, manga pastelera en mano, y se inició en este mundo de la decoración galletil, y hasta trajo a su novio (gracias Asier por el esfuerzo!!), que por cierto, tienen muy buena mano. También se acercó mi novio y entre todos conseguimos en una tarde decorar tooodas las galletas, de la manera más terrorífica posible.



Pero este año también fue diferente porque mi hermanísima tuvo la misma idea de hornear galletas halloweenianas, así que nos enzarzamos en una pelea para ver quien hacía las galletas más chulas. Al final hubo opiniones para todos los gustos. A ver qué os parecen a vosotros.



Pero antes, la receta!! (Que por cierto, he seguido la que nos enseñaron en los talleres de Rosebakery, pero con algún que otro toque personal)

Ingredientes para la masa (salen unas 40 galletas gorditas):

    - 500 gr de harina
    - 250 gr de mantequilla a temperatura ambiente (sacarla de la nevera una hora antes)
    -180 gr de azúcar (yo mezclé azúcar normal y azúcar glass)
    - 60 ml de leche (yo usé leche semidesnatada)




En primer lugar, preparamos un bol y tamizamos la harina; hacemos la misma operación con el azúcar y removemos bien. 



Cortamos la mantequilla en pequeñas porciones, comprobamos que estén blanditas y las añadimos al cuenco. Encendemos la batidora, en la velocidad más baja, y mezclamos todo. Debemos ir aumentando la velocidad poco a poco. 

Al cabo de un rato, veremos que se empiezan a formar grumos una vez la mantequilla esté prácticamente integrada; añadimos entonces la leche. La cantidad es más bien orientativa, debes echar la que sea necesaria para que la masa sea uniforme (y amasable, claro). Aquí si se prefiere se puede apagar la batidora y seguir amasando manualmente. Yo me aseguré de que los ingredientes estuviesen perfectamente integrados y acabé amasando un par de minutos a mano. 


Cortamos unos cuantos cuadrados de papel de horno, y vamos cogiendo porciones de la mezcla que amasaremos sobre el papel. Las mías eran del tamaño de un bollito de hamburguesa, más o menos. Amasamos bien y estiramos con ayuda de un rodillo. Hay que tener paciencia en este punto, ya que es probable que parezca que la masa se queda pegada al rodillo, por eso hay que ir poco a poco, sin hacer demasiada presión. Estirar siempre la masa del centro hacia fuera, procurando que tenga el mismo grosor en toda la superficie. 




Hacemos la misma operación con el resto de la masa, y la vamos apilando, separando las porciones con el papel de hornear. La metemos en la nevera y esperamos unas dos, tres horas. Así luego nos resultará más fácil cortarla. 


Precalentamos el horno unos 10 minutos, a unos 180º. Yo tuve que estimar las temperaturas a ojo, ya que mi horno es de los de gas de hace 40 años y no marca grados ni nada (es que no es mi horno, es el de mi piso universitario, pero lo voy controlando; después de año y medio, ejem, ejem…). 

¡Pero qué mono es mi nuevo cortador!
Como veis yo hice murciélagos y formas circulares, un poco para darle juego a la creatividad, ¡y es que la imaginación es lo más importante en todo este mundo!


Una vez cortada la masa de la forma deseada, la colocamos sobre una rejilla y las horneamos unos 10-15 minutos (ya os digo, depende del horno). Lo importante es que no las dejemos a una temperatura superior a los 170º grados. 

No hace falta que queden doradas, es mejor no sobrehornearlas

Cuando haya transcurrido el tiempo necesario, las sacamos y las dejamos enfriar. No debemos decorarlas hasta que no estén frías. 

Ingredientes para la glasa real: 

    - 1 clara de huevo

    - 200 gr de azúcar glass (tamizado) 
    - Media cucharadita de crémor tártaro 
    - Colorantes (yo utilicé Extra Red y Extra Black de Sugarflair) 
    - Aromas (yo utilicé aroma de naranja y aroma de cheescake) 
    - Unas gotas de zumo de limón (ayudan a que suban las claras, pero su uso es opcional) 

En un bol, echamos la clara de huevo y la batimos a una velocidad baja. Añadimos unas 5 gotitas de limón exprimido (veremos cómo van tomando forma). Sin dejar de batir, incorporamos el azúcar tamizado. Seguimos batiendo. Es importante no hacerlo a una velocidad alta, ya que es probable que se formen burbujas de aire, y a la hora de glasear son fatales. 


Añadimos el crémor tártaro. Éste hará que las claras espesen y aumenten su volumen. Si queréis saber más cosas sobre este ingrediente, os recomiendo que consultéis la sección “Imprescindibles” en El Rincón de Bea. Os dejo el link: http://www.elrincondebea.com/2012/03/imprescindibles-xviii-cremor-tartaro.html 



Yo en este punto dividí la glasa en dos cuencos; en uno añadí unas gotas de aroma de naranja y en el otro de cheescake. Después, dividimos en las partes que sean necesarias para añadir los colorantes. 

Aquí podéis ver la glasa teñida de negro, apenas con unas gotas consigue teñir una cantidad de glasa considerable

Esta es la glasa de delineado, la que utilizaremos para hacer nuestros dibujos sobre la galleta. Para la glasa de relleno, añadiremos unas gotas de agua, así quedará diluida y podremos rellenar nuestros diseños. 

Delineamos la forma de nuestra galleta, y esperamos a que seque. Al aire tarda unos 5 minutos.
Los murciélagos una vez rellenados con la glasa de relleno (diluida).  Hay que esperar a que seque el delineado para  hacer este paso.

Bueno, pues estos fueron los resultados:


Galletas de vampirooo... ¡con raciones de sangre incluídas!

Galletas de murciélagos, terroríficas...

¡Una horda de fantasmas!
Momias recién llegadas del antiguo Egipto...

Las viudas negras, ¡hiper venenosas!

Y hasta aquí mis terroríficas creaciones. ¿Qué os han parecido? 
Para que podáis comparar, una pequeña muestra de las horneadas y decoradas por mi hermana:
Unos fantasmillas monísimos
Las tumbas maldiiitas...
Bichejos surtidos

Unos bocaditos variados
Murciélagos lindísimos (aquí empleó pasta portuguesa roja cortada con el cortador de la galleta)
Una monada, sin duda

Bueno, ya me despido, que ya son horas. Os animo a todos a que probéis a hacer estas galletas, y espero que hayáis pasado un Halloween terroríficamente maravilloso :)

Un biquiño!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuéntame lo que quieras, me encanta recibir comentarios y responderlos, así que ya sabes, no te cortes!